En mis sueños...

En mis sueños...

En mis sueños vienes a buscarme a la salida de clase con el coche. Conduces tú, porque sabes que yo odio conducir, y me llevas al cine. Compramos un bote grande de palomitas porque nos encantan a los dos y elegimos película. Están pasando las de Stars Wars otra vez, pero tú, a pesar de ser de tus sagas favoritas, no me pides verla porque sabes que no la soporto. En su lugar elegimos otra antigua que sabes que me encanta: La vida es bella.

Cuando acaba la película vamos a tu casa. Tu familia no está este fin de semana y me prometiste hacerme una pizza casera para cenar.

Nada más entrar por la puerta aparece tu perro para recibirnos. Yo me agacho a acariciarlo porque, aunque no me gusten y tú lo sepas, a él lo he acabado cogiendo cariño.

Comemos entre risas viendo sin ver lo que echan en la tele. De postre hay galletas. Esas que te hice la semana pasada y que tienes escondidas en tu habitación para comértelas tú solo poco a poco sin que nadie te las quite.

Sin saber como acabamos en la cama. Empiezan los besos, las caricias…

Las sabanas acaban en el suelo, al igual que nuestra ropa.

Te abrazo al terminar y estoy un rato diciéndote lo mucho que me gustas al oído porque se que te encanta cuando me pongo cariñosa.

Luego me levanto y voy a tu armario a robarte alguna camiseta para dormir. Entonces tú te acuerdas de que me tenías que enseñar tu nueva baraja de cartas. Otra para tu enorme colección que me conozco perfectamente.

La coges y yo te pido que me hagas algún truco de magia. Me los se todos de memoria, pero nunca me cansaré de verlos si los haces tú.

Cuando ya es demasiado tarde incluso para nosotros nos vamos a dormir. Abrazados. No concibo mejor lugar en el que estar en ese momento.

En mis sueños no hay distancia ni fronteras entre medias de nosotros.

En mis sueños lo nuestro no es imposible.

En mis sueños estamos juntos.

En mis sueños somos felices.

Lástima que sean solo eso, sueños...